¿Qué esperan nuestros hijos de la carta de los reyes?
Los niños reciben muchos juguetes, lo que supone que el niño diversifica su atención, entre tantos regalos y acaba por no valorarlos. Demasiados regalos puede resultar contraproducente, el niño/a no disfrutan del regalo en sí debido al exceso de estímulos, lo que conlleva una pérdida de ilusión. Aportar demasiados juguetes a nuestro hijo/a de una sola vez resta valor al esfuerzo, generosidad y austeridad.
Además de las falsas imágenes emitidas en televisión y el espectacular entorno en el que se presenta el juguete, hacen que el niño/a pida juguetes que luego no le entusiasmen tanto como creía.
La publicidad de juguetes es muy sutil y en muchos casos las formas de exposición no ofrecen una visión ajustada a la realidad y los niveles de comprensión infantiles. Los contenidos dominantes buscan persuadir a niños y niñas hacia el ejercicio de formas de consumo compulsivo y adictivo. Tenemos que sumar también, la gran cantidad de publicidad que reciben los adultos, que puede influir en el criterio de su hijo/a, ya que la mayoría de la publicidad infantil dirigida a la etapa 0-3 se emite en horario adulto.
Los juguetes no son ni más ni menos que meros materiales y/o recursos que favorecen el aprendizaje del niño/a, al igual que puede ser un libro de texto en niños/as de mayor edad. Para elegir el juguete correcto para nuestro hijo/a, primero tenemos que conocer la etapa psicomotora y exploratoria en la que se encuentra.
Dejar al niño/a ser niño/a y experimentar de acuerdo al momento de desarrollo en el que esta, por ello debemos prestar atención y ser críticos con aquellos juguetes emulan comportamientos y hábitos adultos.